El día que usamos nuestro seguro de viajes
SALUD DEL VIAJERO

Lo recomendamos en ¿Qué seguro de viaje compro? y esperamos que todos los viajeros nos hayan leído y tomado la decisión correcta. El seguro de viajes es la carta guardada que tenemos siempre disponible para usar ante circunstancias que no pensábamos podrían suceder.
Ocurrió en Koh Samui, nos alojábamos en Bophut, al norte de la isla. Desde temprano a la mañana Edgardo no se sentía del todo bien, apenas debilidad corporal y un poco de temperatura elevada en la frente. ¿Qué hacer?, no parecía grave.
Una vez mas el botiquín del viajero nos echaba una mano importante. Primer paso: controlar la temperatura con el termómetro digital. Resultado: un poco mas elevada de lo normal. No hay que preocuparse, todo irá bien pero ante la duda ¿Por qué no tomar algo para bajar la fiebre? y beber mucho agua. Un paracetamol fue el primer paso y «hoy nos quedaremos en el alojamiento», «deberíamos descansar un poco». Ese fue el plan.
Pasadas unas horas se notaba alguna mejoría en el paciente pero al controlar la fiebre no bajaba, de hecho empezaba a subir. Él se sentía bien, normal, pero era el momento de pensar que hacer.

Juli consiguió lo imposible en Asia para poner contento a Edgardo: Queso, uno de sus alimentos preferidos y uno de los alimentos más escasos en Tailandia.
Teníamos la Lonely Planet y una serie de listados de Hospitales cercanos donde podrían darnos atención en caso de ser necesario. De momento no pensábamos usarlos. Edgardo decía que se sentía bien, que esperaría hasta el día siguiente y si no bajaba la fiebre iríamos al médico.
En el transcurso de dos horas, la temperatura fue subiendo y subiendo llegando a los 38 grados. ALARMA. Era el momento de salir a buscar atención médica. Previamente habíamos hablado con la recepcionista del hotel donde estábamos para comentarle la situación y ver si conocía alguien de confianza que pudiera llevarnos hasta un hospital en caso de necesitarlo.
Esperamos unos 30 minutos y llegó la minivan que nos llevó hasta el Bangkok Hospital Samui. A partir de ahí la fiebre estaba empezando a provocar efectos secundarios como por ejemplo no recordar muy bien el número de pasaporte, la edad y que había comido. Lo bueno es que somos dos viajando y nos conocemos muy bien.
El Hospital parece mucho mas un Resort que un centro de asistencia médica. Es el mejor alojamiento que estuvimos en Asia. Por suerte sólo un par de horas.
El chofer que nos llevó nos dejó su número de teléfono para llamarlo luego, aunque en realidad se quedó esperando en el parking, sabía que ante una situación de este tipo los extranjeros no tenemos problemas en pagar el traslado y él era nuestra única oportunidad.
Nos atendió una enfermera tailandesa que se escondía bajo el barbijo, apenas entendíamos lo que decía, por dos motivos: no hablaba muy bien inglés y no se le escuchaba. Después de las primeras preguntas de rigor: ¿A qué hora empezó la fiebre? ¿Qué te duele?…Uhhh tienes 39 grados ahora mismo!!. Llegó un médico, también bajo un gran barbijo que empezó un nuevo interrogatorio, aunque sólo hizo una pregunta: ¿Comiste pollo?…Si…Por qué?. ¿Conoces la INFLUENZA? Nuestra mente cruzó las dos preguntas «Pollo+Influenza= Fiebre Aviar»
Esa fué la pregunta que nos cayó como un golpe en la nuca a los dos. Edgardo en la camilla con 39 de fiebre y unos fuertes dolores en todo el cuerpo y Juli sentada en una silla nerviosa por dentro y preocupada por fuera. Empezaron las pruebas, extrajeron una muestra de dentro de la naríz de Edgardo y nos dijeron: esperen un rato y les traeremos los resultados.
No sabemos exactamente cuanto duró la espera, pero seguro fue muy larga en nuestras mentes. Tomados de la mano, preocupados…¿Y ahora qué hacemos?…tratábamos de tranquilizarnos entre los dos y de no mostrarnos nuestra preocupación. En el fondo siempre pensás que lo peor puede pasar.
Al rato volvieron los enmascarados, los Doctores Barbijo, con los resultados: Tienes INFLUENZA, dijo…se hizo silencio…una pausa…pero de la B y empezó a reír por debajo del barbijo.
Suspiramos aliviados, aunque en ese momento teníamos un poco de ganas de agarrar al Doc y decirle que no era necesario hacerse tanto el misterioso. Nos tuvieron un rato mas en observación y nos dieron un montón de medicamentos que duraron unas dos semanas.
Al pasar por la caja la factura ascendía a los 5,465 Baths, alrededor de unos 122€. Cifra que no teníamos pensado destinar a algo así. Pero aquí es donde aparece la figura del Seguro de Viajes, estábamos cubiertos y todo lo gastado fué devuelto en pocos días. Pero en caso de que lo hubieran internado el coste ascendía a unos 500€ diarios.
Las cosas suceden y así debe ser. Hay quienes pasan años viajando y nunca tienen ni un resfriado. Nosotros nos chocamos con una Gripe B como la que nos podría haber dado en nuestra casa o en cualquier lugar del mundo. El seguro pagó la factura pero la sensación de pensar que algo nos podría haber pasado o que el viaje se podría haber terminado ahí mismo no hay seguro que lo pague.
No importa que empresa sea, SIEMPRE DEBEMOS VIAJAR ASEGURADOS.
Por cierto, Edgardo no comió pollo satai durante el siguiente mes y nos quedamos mas tiempo de lo pensado en el Norte de Koh Samui.
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Muchas gracias por compartir siempre vuestras experiencias, tanto buenas, como un poco preocupantes 😉
Gracias chicos, todo viaje es un constante aprendizaje y problemas siempre pueden existir, la cuestión es superarlos. Un saludo.
Hola !! gracias por compartir ! estoy viajando en Marzo, saben si hay algún brote como para tener más precauciones de las normales ?
Hola Lorena, que sepamos no hay ningún brote ni nada parecido, la INFLUENZA es el nombre genérico que se les dá a todas las gripes, la que tuvo Edgardo fue la común, la misma que te puedes agarrar en Europa o Sudamérica, así que las precauciones son las mismas que en tu vida habitual. Un saludo y buen viaje en marzo!!.