El arribo a Ayutthaya y un tropezón no es caída
Así queremos transmitir la posibilidad de sacar algo positivo de una jornada complicada…
Todo comenzó cuando llegamos a Ayutthaya. La pregunta es: ¿Qué hubiese pasado si? una vez vimos una película de Nicolas Cage que se llama Next, en la que el personaje podía saber que iba a suceder unos instantes después, el tipo usaba este “don” para tomar decisiones en determinadas ocasiones de duda, quizás si nosotros hubiésemos contado con ese artilugio de película hubiésemos tomado el Tuk-Tuk en la estación de trenes, pero esto no sucedió así.
Teniendo en cuenta que el alojamiento donde nos hospedaríamos quedaba a unas 15 calles de la estación, apelamos a las recomendaciones de otros de no tomar Tuk-Tuks apenas salís de una terminal porque «te estafan» y confiamos en el google-maps para ver la ubicación del Guesthouse. Con 30 y tantos grados de calor nos dispusimos a cruzar un puente y a encontrar el Baifern Homestay. Recorrimos kilómetro y medio y nuestro hostel no estaba. Decidimos apelar a las señas y muecas y realizar la primer consulta del día en la calle: un Policía de Tránsito en una esquina, mira el mapa y la dirección que le damos y después de unos segundos nos indica un lugar que estaba bastante cerca en el mapa turístico que nos dieron en la estación (que por cierto, no estaba a escala). Seguimos caminando, miramos para un lado para el otro y nada, cruzamos la calle, doblamos la otra calle y nada, empezó el cansancio y el calor no ayudaba, cada vez tomábamos mas agua y el calor era mas sofocante.
Segunda consulta, un señor en una esquina, en la puerta de uno de los tantos puestos de comida que hay en Tailandia, mismo procedimiento que con el policía, el hombre sonríe (todos los tailandeses sonríen), se acerca a su mujer dentro del puesto, ella duda, piensa, hablan en tailandés (yo creo que no tenían ni idea) hasta que el hombre hace la típica exclamación de ¡¡Aaahh!!¡¡Ya se dónde es!! (pero en Tai) y la señora con un inglés básico pero conciso nos dice:«far, far…tuk tuk, tuk tuk»… pero según sus indicaciones far, far (lejos, lejos) significaban tres calles para un lado, una para el otro y hacia allá vamos con bastantes mas dudas en realidad, mas cansados, agotados, casi exhaustos y empezando a pensar que nos habíamos equivocado de ciudad y que se iba a hacer de noche y según la Lonely Planet de noche hay «Jaurías de perros que atacan a las personas si se los mira fijo a los ojos»en fin, empezamos a maquinarnos un mundo negativo irreal y entonces tanta negación llevó a hechos mas negativos aún…
En una esquina, cruzando un puente con una mochila en mi pecho y otra en la espalda no pude ver un hueco en la vereda, metí el pie y la pierna hasta la rodilla y cuando me estaba torciendo pude girar para no quebrarme, me caí hacia atrás sobre la mochila y sólo me raspé y torcí un poco…el hecho fue lo suficiente para que Juli se asustara y yo ante el deshidratamiento me maree un poco…tomamos aire, respiramos, un poco de alivio, agua y caramelos dulces…continuamos, ahora rengo (cojo) y preocupado porque las moscas no se acerquen a mi pierna…y sin encontrar el guesthouse. (Edgardo)
Tercer consultado, otro señor que se encontraba en la puerta de un negocio de aire acondicionados, mismo procedimiento que con los anteriores, consultó con sus compañeros, nadie conocía la dirección, este fue mas sincero y con cara de no tener idea nos dijo: «Tuk-tuk». Decidimos volver hacia donde habíamos empezado. Tenía mucho dolor en la pierna, + cansancio, + calor, = peso, – agua y no se porque + velocidad, vimos nuevamente al policía y nos indicaba para otro lado, le agradecimos pero sabíamos que no tenía idea, llegamos hasta un gran puente, casi donde había empezado la odisea sin agua ya y consultamos a una pareja de adolescentes que nos indican a cuatro calles de ahí. Ya no damos mas, hacemos 3 calles, entramos a un 7/11 Seven Eleven, compramos agua y volvemos a preguntar, nadie sabe, el panorama no es el mejor. Caminamos una calle mas y decidimos la última opción, esa que tendríamos que haber tomado al principio. Nos subimos a un Tuk-tuk que por 100 bath nos lleva al hostel que quedaba en la otra punta de la ciudad, no disfrutamos de nuestro primer viaje en Tuk-tuk, ni sabemos si fue caro o barato pero si sabemos que si encaramos las cosas de forma negativa nada bueno vamos a alcanzar. Algo importante aprendimos ese día.
PD: El conductor del Tuk-Tuk nos cobro honradamente la tarifa acordada, nos llevo de forma rápida, directa y segura a nuestro alojamiento. Aprendimos a confiar más en la gente y no basarnos en otras opiniones negativas. Nos ayudó a descargar el equipaje, y como muchos otros conductores de tuk tuk que ya hemos tomado nos sonrió amablemente.
PD2: La pierna tuvo solo un rasguño, inauguramos el botiquín de viaje, se curó con hielo y ahora en perfecto estado. Sólo una pequeña cicatríz que siempre nos recordará a Ayutthaya.
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