A pie por San Petersburgo

Llegamos a San Petersburgo sin planificación alguna. Sin exagerar, no teníamos nada planeado. ¿Cómo puede ser que viajes a Rusia y no tengas nada de nada planificado? A veces dejar que el destino te sorprenda cambia completamente la experiencia del viaje. ¡Qué poético suena!, pero esto no fue así. No fue un experimento de vida viajera ni de viajeros románticos dejándose sorprender por la vida misma. Por falta de tiempo llegamos a Rusia sin darnos cuenta, ya estábamos allí y no teníamos la más mínima idea de que íbamos a hacer o visitar. Empezamos por movernos a pie y así descubrimos que hacer en San Petersburgo.
Pasamos la frontera en autobús desde Tallin, Estonia, y esa es historia de otro post. Llegamos agotados después de mil horas y 2 fronteras. ¿Cómo es llegar a un país y no saber nada de nada? Ni siquiera el idioma. Llegar al hostel fue tarea ardua. Edgardo con su GPS mental sabía que debíamos caminar en dirección oeste. Sin mapa, pusimos rumbo a algún lugar que nunca llegamos. Era la primera vez en la historia de nuestra vida viajera que nos perdíamos. Podemos dar fe que San Petersburgo es una ciudad grande y con más de 300 puentes, caminamos unos 18 km y comprobamos que sólo con el mapa mental de Edgardo no llegamos muy lejos, bueno… lejos sí que llegamos, no llegamos a destino.
Preguntamos a las pocas personas que cruzamos en el camino pero no había forma de entendernos. Nosotros sólo teníamos el nombre del hostel y la dirección en un papel. Conseguimos un mapa a mitad de camino pero no estaba completo, no indicaba todos los nombres de las calles. Como dos turistas de esos de películas con camisa hawaiana y mapa en mano nos paramos a debatir: ¿Dónde estamos? Es para allá… no no es para el otro lado. Una amable señora al ver la escena se acercó amablemente a ayudarnos. Esto fue aproximadamente, lo que escuchamos: esvoroski toroski moloski socotroski mientras hacía señas de brazos y sonreía… ¿Inglés?, ¿Alemán?, ¿Portugués? lo intentamos todo pero ruso no, no sabíamos ni lo básico. Bueno si, lo básico “Spasiva señora”. Seguimos el dedo de la amable señora pero no llegamos a ningún lado. ¡Vaya viajeros experimentados!.
Santo remedio: ¡Mc Donald a la vista! ideal para proveernos de Internet y ver dónde es que estábamos y hacía donde teníamos que ir.
Después de haber viajado toda la noche y caminado por todos los suburbios de la ciudad al fin llegamos a destino. Check in en el Red House Hostel, ducha y siesta reparadora. San Petersburgo nos esperaba y con ansiedad, descansamos rápido.
¿Qué vamos a ir a visitar?, ¿Para la derecha?, ¿Para la izquierda? pero… ¿A dónde vamos? No teníamos nada pensado. Señal del destino: ante nuestros ojos un bus turístico (de señal de destino nada, estos autobuses pasan cada 5 minutos) ¿Subimos al bus turístico? No, nos aburren un poco. ¿Qué hacemos? La ruta del bus turístico pero a pie.
IDEA DE VIAJE: si llegas a un destino y no sabes qué visitar sigue al bus turístico. Recorrerás seguro, los principales atractivos de la ciudad.
En nuestro itinerario a pie además de los puntos turísticos más importantes vimos:
- Las primeras matrioskas o muñecas rusa tradicionales. Uno de los souvenirs más solicitados por los turistas.
- Las primeras cúpulas coloridas con forma de cebolla de nuestras vidas.
- El negocio de las fotos por la calle con ropa antigua.
- Museo histórico Militar de Artillería donde desde 1703 el Emperador Pedro comenzó a guardar piezas de artillería en este importante almacén que con el tiempo se transformó en museo.
- El río Nevá, sus canales y pequeños ríos.
- Descubrimos la histórica y sobresaliente arquitectura.
- No podemos dejar de mencionar los multitudinarios casamientos // bodas por doquier. ( Verano en Rusia, verano del amor).
Sin duda habíamos llegado a San Petersburgo, majestuosa, palaciega, colorida, romántica. La ruta del bus turístico pero a pie, terminó siendo un éxito, la disfrutamos a nuestro ritmo.
La emoción de conocer un nuevo país y dejarse sorprender por las cosas nuevas o diferentes. La comida típica, la arquitectura, el sonido del idioma, ¿qué estarán diciendo? es como volver a ser niños, no sabes leer ni escribir y en un entorno donde muchas cosas son nuevas. Hay ciudades que esto no sucede. En Rusia por tu cuenta seguro que sí.
Deja un comentario