Vilnius letra por letra
Experiencia en Europa

Nuestros días por Lituania tuvieron en Vilnius su base y el fin de nuestro paso por los países «Nia»(Estonia, Letonia, Lituania). Un territorio que nos llegó al corazón a través de su historia y su gente y entró por sus delicias en nuestros paladares invitándonos a volver pronto, ahora que ya sabemos que hacer en Vilnius.
¿Cómo describir la capital de Lituania?, no lo sabemos, quizás la Wikipedia sepa mas de eso. Nosotros fuimos invitados por Visit Vilnius a dar un paseo por la ciudad y durante una tarde lluviosa nuestra guía Lolita nos llevó a conocer los rincones que guarda en su interior una gran conexión con los viajeros. Así que veamos Vilnius letra por letra.
Con la «V» podríamos hablar de Vilnius propiamente dicha, pero no. Preferimos contarles sobre la Vokieciu Street y la Plaza del Ayuntamiento.
La calle Vokieciu es un Boulevard de unos 500 metros que termina en la gran Plaza del Ayuntamiento de Vilnius. Este lugar fue de suma importancia en el Siglo XV como principal espacio de intercambio de mercancías de los agricultores y mercaderes que venían desde los alrededores a vender sus productos. Hoy la cosa ha cambiado un poco, aunque sigue siendo punto de encuentro. Se celebran conciertos, fiestas tradicionales y ferias artesanales a cielo abierto. Digamos que no cambio, evolucionó.
Como vimos que la puerta del Ayuntamiento estaba abierta entramos. Dicen que cuando estás convencido de lo que haces el resto de personas no dudan de tus intenciones. Y eso fue lo que hicimos, entramos como si supiéramos a donde íbamos, subimos unas escaleras y terminamos en una exposición de arte. Vimos también que en un gran salón al lado nuestro estaban preparando una recepción, cóctel de bienvenida o algo así. Dudamos en quedarnos pero ya era demasiado, no contábamos con la etiqueta necesaria. 🙂
Con la primer «I», la Iglesia de Santa Ana. Además de ser una obra maestra arquitectónica del Gótico tardío que ha sobrevivido mas de 500 años sin cambios en su estructura, guarda en sus paredes una historia muy particular. Durante la Guerra Franco-Rusa, Napoleón Bonaparte quedó deslumbrado por la arquitectura de este templo. Por las calles de Vilnius se cuenta que él mismo decía: «Si pudiera la cargaría en mi mano y me la llevaría a París». Por suerte no pudo hacer eso, si que se llevó algunos tesoros de Vilnius que aún se encuentran en el Louvre y la vida de muchos lituanos. Lo que no entendimos muy bien es que si le gustaba tanto la Iglesia de Santa Ana ¿Por qué la usó como almacén de las armas de su tropa?. Un poco raro este Napoleón.
La «L» va a mostrarnos dos cosas muy importantes. Primero la moneda oficial de Lituania la Lita. Nos gusta guardarnos una moneda de cada país que visitamos y además nos brinda mas diversidad al viajar tener que usar la moneda local y no el Euro o el Dólar Americano que se puede usar indistintamente en varios países. La Lita es muy importante para los lituanos porque les recuerda sus ciclos de independencia tanto de los alemanes como de los rusos, épocas en las que la Lita no era moneda corriente.
También con «L» tenemos el Ámbar. Jaja, no, no estamos locos…es que Vilnius no tiene letras «a» y lo teníamos que meter en algún párrafo, pero si lo pensamos bien hay una gran conexión. Lito es un sufijo que significa «piedra» y el Ámbar es una piedra, así que ya está.
Otra de las cosas que nos sorprendió de esta ciudad, puesto que de esto no teníamos ni idea, es que esta región del Báltico es el mayor depósito de ámbar del planeta y por tanto en Vilnius podemos visitar las galerías museos de Ámbar. Una exhibición grandiosa en un edificio del Siglo XV donde genios artistas con mucha imaginación han creado obras maestras sobre las piedras.
Con «N» volvamos al famoso emperador francés con sombrero atravesado que hizo (o deshizo) mucho por estas tierras. El criterio histórico con que se lo analice dependerá de cada uno pero esta claro que influyó en lo que Vilnius es hoy. Algo adelantamos mas arriba sobre su devoción por la Iglesia de Santa Ana y dimos pistas sobre que se llevó algunas cosas que no eran de él y que aún no han sido devueltas. Para ser mas exactos, según nos contó Lolita, algunas esculturas de oro fueron llevadas a París donde aún permanecen en el Louvre.
Gran parte de la tropa con la que Napoleón pensaba invadir Rusia pasó por Vilnius y luego del fracaso de la invasión a Moscú los hambrientos soldados regresaron a la ciudad que habían sitiado poco antes en busca de alimentos y abrigo. Otra página triste de nuestra historia que aún hoy se recuerda al haber encontrado los restos de los soldados franceses muertos por el hambre y el frío tras huir de las aberraciones de la guerra.
Y nos queda otra letra «I». Poniéndonos mas alegres luego de conocer las historias de Napo, por la calle Gedimino desde la la Plaza de la Catedral de San Stanislav y San Vladislav nos encontramos con un evento popular, esos que tanto nos gusta, genuinos momentos que podemos compartir con la población local. Vimos clases de baile, partidos de Basket y para no perder el estado físico recuperamos nuestras dotes deportivas y jugamos al tenis un rato. ¿Por qué la «i»? Porque el momento fue de «improviso». 😉
Ya casi terminamos, con «U». En 1994 los señores de la UNESCO decidieron nombrar al casco antiguo de Vilnius Patrimonio de la Humanidad y como nosotros somos humanos podemos decir que también es nuestro. Arquitectónicamente es un casco muy variado y completo, ofrece obras del Gótico, Renacimiento, Barroco, Clasicismo y Postmodernismo. Es recomendable meterse en las pequeñas calles y detenerse un momento, mirar alrededor y respirar la única atmósfera que se desprende de los edificios, tan bien cuidados que si nos acercamos un poco a sus paredes quizás escuchemos historias de los que antes que nosotros pasaron por ahí.
Y terminamos con la «S». El Santo de los Viajeros, San Cristóforo, nuestro santo. Sólo viajando podíamos llegar a conocer a este simpático personaje que tiene su espacio en el frontis del ayuntamiento. Desde este lugar salían las dos principales rutas que comunicaban en el medioevo al Imperio Ruso en oriente y la Europa Occidental. Vilnius actuaba como centro de paso, de escala, de intercambio, de salidas y llegadas; y cada uno de los viajeros buscaba la figura de este santo para pedir por un buen viaje o agradecer los kilómetros que ya habían pasado. Nos cayó bien San Cristóforo, los viajeros estamos protegidos.
Lituania es un destino que me gustaría mucho poder visitar pronto. No tengo ninguna razón en especial para explicar esta atracción, pero después de leer tu post, gana más puntos la idea de apuntar este país como favorito para mis próxiimos viajes. Muchas gracias por compartir tus impresiones. Seguro que tu información me será muy útil. Feliz domingo! 🙂
Hola Mauxi, felíz domingo también!!! Muy bien apuntado Lituania como favorito, es un lugar ideal para los viajeros. A ver cuando vayas nos cuentas.
Un saludo.